Es tiempo de romper la barrera del dopaje en MLB y la enorme realidad que hay detrás de los implicados (Parte III)

Las grandes hazañas deportivas por parte de los más extraordinarios atletas e incluso de los equipos deportivos han maravillado al mundo, generando pasiones desmedidas en la humanidad.

Una vez que hemos profundizado en varios de los más importantes casos de dopaje mundial de atletas, e incluso de mecanismos sistematizados de dopaje por Laboratorios como Balco y hasta de Federaciones y Naciones como la Unión Soviética, China y Rusia, se comprende que no hay ningún caso aislado de consumo de sustancias prohibidas para mejorar el rendimiento deportivo. Por el contrario, se puede asentir que existe toda una cultura de dopaje dentro del deporte internacional, ya que es un mecanismo individual y colectivo con tanto ímpetu, que a pesar de la lucha global en su contra, desarrolló un crecimiento vertiginoso a nivel mundial.

La extinta República Democrática Alemana (RDA), una potencia de 17 millones de habitantes fue capaz de derrotar sistemáticamente a Estados Unidos en competiciones internacionales deportivas, el país más desarrollado del mundo y principal potencia deportiva mundial, que para entonces contaba con más de 200 millones de habitantes. Algo no estaba bien.

El alemán Manfred Ewald, fue el creador del más sofisticado sistema de dopaje del mundo. El sistema se basaba en una campaña de detección de valores deportivos modélica y el dopaje masivo desde los 13 años de edad en todos los atletas. Fue perfeccionando éste sistema de forma absoluta en todos los deportes, especialmente en las disciplinas reinas del olimpismo mundial, el Atletismo y la Natación.

Ewald se desempeñó como Ministro de Deportes de la República Democrática Alemana (mejor conocida como Alemania Oriental), entre 1961 y 1988. Además fue presidente del Comité Olímpico de su país, Alemania Oriental entre 1973 y 1990.

Manfred Ewald conformó un extraordinario equipo de trabajo con el también germano Manfred Höppner, quien fue el principal médico deportivo de la República Democrática Alemana. Ewald y Höppner, son considerados los arquitectos del sistema patrocinado por el estado de la RDA, del uso ilícito de drogas para mejorar el rendimiento, lo que aparentemente explica los éxitos olímpicos de la República Democrática Alemana entre 1972 y 1988. Höppner supuestamente tenía vínculos con la policía secreta de Alemania Oriental, la Stasi.

Los éxitos deportivos logrados detrás de semejante entramado que desarrolló la República Democrática Alemana, lo utilizó para promocionar su imagen política en la Guerra Fría. La República Democrática Alemana o Alemania Oriental, coleccionó centenares de medallas olímpicas, pero también una considerable cantidad de atletas muertos, como consecuencia del consumo de sustancias prohibidas.

Manfred Ewald y Manfred Höppner fueron condenados como cómplices de lesiones corporales intencionadas de deportistas, incluidos menores de edad, el 18 de julio del año 2000, en Berlín, Alemania.

Ewald Manfres, una de las principales mentes, detrás del dopaje en el mundo.

En octubre del 2007, el Comité Olímpico Alemán anunció que había completado un programa de compensación para 157 ex atletas de la antigua República Democrática Alemana, víctimas reconocidas del dopaje de estado. Los atletas recibieron cada uno alrededor de 20.000 euros, una cantidad de la indemnización de 2,9 millones de euros en total.

Alrededor de unos 10.000 atletas de Alemania Oriental fueron dopados entre 1970 y 1989, la mayoría desde los 11 a 14 años de edad. Muchos deportistas testificaron consecuencias aterradoras de cáncer por el dopaje, los desequilibrios hormonales y hasta la infertilidad en algunas mujeres.

 

Ciertamente, el mecanismo sistemático de dopaje en la Alemania Oriental ocurrió hasta 1989. Sin embargo, forma parte del entramado internacional de dopaje, que ha quebrantado los cimientos del deporte, generado graves consecuencias de salud en miles de atletas, ha sido causante de la muerte de un gran número de deportistas como consecuencia del consumo de sustancias prohibidas, y en lo estrictamente deportivo, hoy en el año 2022, retumba en el templo de los inmortales de Grandes Ligas y en el Atletismo Olímpico, especialmente el caso del Laboratorio Balco, a pesar de que éste desapareció en el año 2005, luego de haber sido encarado y ajusticiado por la ley norteamericana.

Cuando el entramado de Balco parecía suficiente, simultáneamente al otro lado del Atlántico, en España e Italia principalmente, en los años 2003, 2006, 2009 y 2010, se desarticularon otros cuatro mecanismos sistematizados de dopaje a gran escala, siendo el del 2006 el más connotado, ya que fue una red en España que se extendió hasta Francia, Alemania e Italia.

En el año 2003, el caso de dopaje italiano “Oil of Drugs” (Petróleo para Drogas), fue un caso dirigido contra el doctor Carlo Santuccione y varios cómplices, acusado de administrar productos dopantes prohibidos a atletas profesionales y aficionados para mejorar el rendimiento, además de estar involucrado en la red de dopaje en toda Italia.

La muerte de un ciclista aficionado anónimo en Italia, en el año 2002, la cual resultó sospechosa, fue el detonante para iniciar la investigación.

El Grupo Antinarcóticos de Italia y El Arma de Carabineros, el cual es un cuerpo de Gendarmería y un organismo de seguridad del Estado italiano, desarticularon éste mecanismo sistematizado de dopaje en el Ciclismo Italiano, que involucró a nueve ciclistas de seis equipos de Ciclismo profesional de Italia, Alessio Galletti y Mario Scirea del equipo Domina Vacanze. Eddy Mazzoleni, Danilo Di Luca y Alessandro Spezialetti del equipo Saeco Macchine per Caffè. Fabio Sacchi del equipo Fassa Bortolo. Simone Masciarelli del equipo Vini Caldirola – Nobili Rubinetterie. Ruggero Marzoli del equipo Acqua & Sapone. Finalmente Giuseppe Muraglia del equipo Formaggi Pinzolo Fiava.

El médico deportivo italiano Carlo Santuccione trabajó en el Instituto de Investigación Biométrica de la Universidad de Ferrara en Italia. También era conocido como Alí el Químico.

Lo más relevante es que la red “Oil of Drugs” (Petróleo para Drogas), desmantelada por el Grupo Antinarcóticos de Italia, fue parte de una redada mucho más grande realizada en 28 ciudades de Italia, en las que se logró involucrar a 138 atletas profesionales y aficionados, médicos e incluso a otras personas que aún se encuentran bajo sospecha de traficar o usar dopaje en varios deportes.

En los Juegos de Invierno en Turín del 2006, los Carabinieri incautaron en el chalet del equipo de esquí austriaco material para realizar transfusiones de sangre. Tres esquiadores fueron sancionados de por vida. Un año más tarde, se descubre la implicación en el caso del laboratorio Humanplasma.

También en el año 2006, la Guardia Civil española emprendió un operativo denominado “La Operación Puerto”, contra el dopaje en el deporte al más elevado nivel de España.

En Marzo de 2004, Jesús Manzano denunció el dopaje sistemático en su ex equipo ciclista, el Kelme. Detalló el dopaje sanguíneo y las drogas que utilizó para mejorar el rendimiento mientras estaba en el equipo. La investigación y sus denuncias llevaron a interrogar a varios miembros del equipo en abril del 2004. Estos incluían a Eufemiano Fuentes, quien era el médico del equipo Kelme, Walter Virú, el médico anterior a Fuentes, y Alfredo Córdova, quien trabajaba para Liberty Seguros – Würth pero involucrado con Kelme en el 2003. Entonces se inició una investigación sobre las prácticas de Fuentes a principios del 2006 por parte del brazo antidrogas de la Guardia Civil española.

Las investigaciones de la Guardia Civil iniciaron en Febrero del 2006 y derivaron en detenciones y registros el 23 de Mayo del mismo año, momento en el que se conoció la existencia de la Operación Puerto.

Este proceso permitió desarticular una red de dopaje liderada por el doctor Eufemiano Fuentes, que ofrecía sustancias para mejorar el rendimiento de los atletas, en las que se incluían hormonas como EPO y Testosterona, así como otros anabolizantes y medicamentos, además de otras prácticas ilícitas como transfusiones sanguíneas.

Una vez descubierta e intervenida la red, se anunció que entre los clientes de dopaje había futbolistas, tenistas, ciclistas, boxeadores, además de atletas de pista y campo. Sorprendentemente, en el sumario del caso, el instituto armado solo identificó a 58 ciclistas como clientes de la red, al no ser el dopaje un delito para ese momento en España.

El juez Serrano solo estudió un posible delito contra la salud pública, que solo incriminaría a los responsables de la red, no a sus clientes deportistas.

La investigación se vio estibada, una vez que el juez Serrano no permitió a los investigadores que se analizara toda la documentación incautada. Al no hallar dicho delito, el juez archivó el caso, quedando absueltos todos los incriminados.

El juez Serrano se negó a facilitar a los organismos deportivos internacionales, Asociación Mundial Antidopaje y Unión Ciclista Internacional, las pruebas recaudadas durante la investigación, lo que impidió que los deportistas identificados como clientes de la red de dopaje recibieran sanciones deportivas.

Como las autoridades españolas decidieron no continuar con la investigación, ni facilitar a otros organismos información para que los clientes pudieran ser sancionados, Alemania e Italia iniciaron sus propias investigaciones sobre el caso. En Italia fue el Comité Olímpico Nacional Italiano (CONI) quién se encargó de la investigación. En el país germano, la investigación fue dirigida por el fiscal de la ciudad de Bonn, Friedrich Apostel, a través de la Policía Federal Criminal Alemana. Gracias a las investigaciones realizadas por estos países se confirmó y sancionó a seis clientes deportistas.

La red de dopaje se extendió hasta Italia por medio del controvertido médico deportivo Luigi Cecchini, un residente en la Toscana, relacionado con Eufemiano Fuentes desde la Vuelta a España en el 2001. Fuentes y Cecchini intercambiaron clientes y atendieron a los del otro cuando estos estuvieran en sus respectivos países.

En el entramado de dopaje estuvieron involucrados Manolo Saiz, mánager general del equipo ciclista Liberty Seguros-Würth, Yolanda Fuentes, médico del equipo ciclista Comunitat Valenciana y hermana de Eufemiano Fuentes, Álvaro Pino, exdirector deportivo de los equipos ciclistas Kelme y Phonak, José Ignacio Labarta, preparador del equipo ciclista Comunitat Valenciana, Vicente Belda, director principal del equipo ciclista Comunitat Valenciana, Rudy Pevenage, asesor personal del ciclista alemán Jan Ullrich y director deportivo del equipo ciclista T-Mobile.

Entre los ciclistas involucrados destacan Eddy Mazzoleni, italiano ya involucrado en el caso Oil of Drugs, su coterráneo Mario Cipollini, el luxemburgués Frank Schleck, el holandés Thomas Dekker, el suizo Fabian Cancellara y el alemán Jan Ullrich.

La Red era mucho más grande, se extendía a otras disciplinas más allá del ciclismo, ya que involucraba a atletas de pista y campo, tenistas, boxeadores y futbolistas. De hecho se presume que Eufemiano Fuentes tenía relación con los clubes Real Madrid, F. C. Barcelona, Real Betis y Valencia C. F., lo que aún no se ha confirmado.

Éste entramado trabajaba con fármacos y sustancias prohibidas en el deporte, tales como la EPO, el HGC, Lepori o el Andriol, entre otros muchos. Además, ofrecía métodos para que la utilización de las técnicas dopantes no dieran positivo en los controles antidopaje.

Doctor español Eufemiano Fuentes, líder de una de las redes de dopaje más notables del mundo.

En caso de utilizarse medicamentos, se utilizaba la albúmina, proteína plasmática para burlar las pruebas de antidopaje. En el caso de los controles de orina, el deportista debía frotarse las manos con los polvos de la Madre Celestina antes de realizarse el control, ya que las proteasas que contenían dichos polvos hacían que las proteínas de la orina fueran diluidas, evitándose así dar positivo.

En el caso de las transfusiones sanguíneas, se administraba plasma antes de los controles para ocultar las reposiciones de concentrados de hematíes, bien sea a través de transfusiones homólogas (sangre compatible de otra persona), como autotransfusiones, siendo éstas últimas más difíciles de detectar en los controles antidopaje. El procedimiento era extraer sangre al deportista para concentrarla y mantenerla en un frigorífico a baja temperatura para administrarla posteriormente y así superar las pruebas de dopaje y a la vez aumentar el rendimiento.

La actividad del doctor Eufemiano Fuentes era conocida, alentada y apoyada por las autoridades deportivas españolas en los años 80, que buscaban la mejor forma posible de preparación de sus atletas de cara a los Juegos Olímpicos. Quizás como resultado de aquellas prácticas, en las Olimpiadas de Barcelona de 1992, España obtuvo el mejor medallero de su historia deportiva.

Éste Laboratorio clínico en Madrid fue clave en la Red de dopaje liderada por el Doctor Eufemiano Fuentes.

Nunca es suficiente. El 24 de noviembre de 2009, el médico peruano Walter Virú fue detenido por la Guardia Civil como presunto cabecilla de una red de dopaje. La operación, la cual fue denominada la “Operación Grial”, detuvo a 10 personas más, incluyendo su mujer María Martinez y sus dos hijos, el farmacéutico Juan Domingo, y el estudiante de farmacia Walter José. Se practicaron un total de 15 registros, se realizó simultáneamente en Valencia, Barcelona, Murcia y Granada.

Además de sustancias dopantes como EPO, CERA y hormona de crecimiento, la red ofrecía a sus clientes sustancias para enmascarar los productos dopantes y evitar así que dieran positivo en los controles antidopaje.

Entre la documentación intervenida al doctor Virú, había antiguos historiales, tratamientos y planes de preparación de la época en la que era médico del equipo ciclista Kelme, en la temporada 2003. Los papeles requisados, idénticos a las pruebas presentadas por Jesús Manzano en marzo de 2004 durante su confesión de dopaje, utilizaban un argot ya descubierto a su colega Eufemiano Fuentes en la Operación Puerto.

Otros de los implicados fueron el ciclista Pedro José Vera, que fue puesto en libertad tras declarar ante la Guardia Civil, y el atleta Paquillo Fernández, al que le encontraron EPO en su domicilio.

En el año 2010, la Guardia Civil de España realizó la “Operación Galgo”, nuevamente contra el dopaje en el deporte de élite en el país ibérico. Este proceso investigó una presunta red de dopaje entre varios deportistas por delito de distribución de sustancias dopantes.

El 9 de diciembre de 2010, la Guardia Civil procedió a la detención en Alicante, Madrid, Segovia, Las Palmas y Palencia de los presuntos responsables de la trama de dopaje.

La ex atleta española Marta Domínguez Azpeleta, que compitió en las especialidades de medio fondo y fondo, dos veces campeona de Europa de 5.000 metros en Múnich 2002 y Gotemburgo 2006, fue la cara más visible de éste nuevo entramado. Además, a Martínez finalmente se le vinculó con el caso de la “Operación Puerto” del 2006.

Éste suceso sacudió a España porque se trataba de una deportista muy popular, el rostro femenino del atletismo, como principal involucrada en este escándalo y para entonces estaba muy reciente caso del ciclista español Alberto Contador, otro héroe nacional involucrado en dopaje.

Finalmente la atleta española Marta Domínguez Azpeleta fue puesta al descubierto en la red de dopaje en España.

Junto a Martínez fueron detenidos César Pérez, entrenador de Marta Domínguez. José Alonso Valero, mánager de Marta. Manuel Pascua Piqueras, entrenador de atletismo. José Luis Pascua Piqueras, hermano de Manuel Pascua. Alberto León Herranz, ex ciclista de mountain bike. Eufemiano Fuentes, doctor que ya estuvo implicado en 2006 en la Operación Puerto y Alberto García Fernández, atleta español, sancionado dos años tras dar positivo por consumo de EPO en 2003, que se personó como testigo de forma voluntaria.

En la Operación Galgo se intervinieron anabolizantes, esteroides, bolsas con sangre y material de laboratorio para realizar transfusiones sanguíneas. El 10 de enero del 2012 y durante los juicios se anunció que uno de los imputados, Alberto León, había sido encontrado ahorcado en su domicilio.

Tras no encontrar indicios de delito el 22 de marzo de 2012 se cerró el proceso dando nulidad a todas las pruebas incriminatorias presentadas.

El para entonces ex Director General de Deportes y ex presidente de la Comisión Nacional de Antidopaje, Guillermo Jiménez, declaró que «hay una trama social que tiene muchos medios para convertir en mártires a quienes son verdaderos delincuentes”.

Es que el dopaje mundial no es un asunto exclusivo de los deportistas, es una situación universal que incluye a ejecutivos, entrenadores, equipos, médicos, Federaciones, Laboratorios y Farmacias, en la que todos, absolutamente todos adquieren notables ganancias. Lo lamentable, es que además de que todos pueden ser perjudicados administrativa y socialmente, es solo un grupo de ellos, a quienes se les perjudica la salud y hasta ponen en riesgo sus vidas, los Deportistas.

Detrás de Ben Johnson, Marion Jones y Montgomery, estuvo el entrenador y químico Charlie Francis junto a su asistente Jamie Astaphan. El estadounidense Bob Kersee, presunto dominador de los anabolizantes, dopaje casi indetectable en aquellos tiempos, lideró en los años ochenta al mejor grupo de entrenamiento del mundo, su esposa Jackie Joyner y su cuñada Florence Griffith Joyner. Obviamente, el dopaje no es un asunto exclusivo de los deportistas.

El período entre los años 2000 y 2010, fue una década muy conflictiva, irregular y poco transparente en el deporte mundial, ya que no solo se limitó al dopaje y todo lo que le rodeaba, todos los implicados y beneficiados directa e indirectamente. Fue mucho más allá.

La corrupción en Salt Lake City por ejemplo, sacudió las columnas del Comité Olímpico Internacional, que suspendió a seis de sus miembros por aceptar sobornos para elegir a la ciudad estadounidense como sede de los Juegos Olímpicos de Invierno en 2002.

Los juegos de Salt Lake City registraron cifras récord para la época en audiencia, con más de 2.000 millones de televidentes y beneficios con ganancias superiores a los 2.100 millones de dólares americanos. Surgieron dudas sobre la credibilidad del llamado movimiento olímpico, que aunque en principio no parecía, finalmente si tuvo repercusión en el aspecto deportivo.

Siete positivos se identificaron en los Juegos de Invierno en Salt Lake City. Lamentablemente se involucraron tres medallas de oro en el esquí, por las atletas rusas Olga Danilova y Larissa Lazutina, así como el español Johann Mühlegg, quienes dieron positivo por EPO.

Los Juegos Olímpicos de Invierno Salt Lake City 2002, otra edición que ensombrece el deporte universal.

El caso de corrupción obligó a una reestructuración interna y cambios en cómo el COI elegía las ciudades sedes de los Juegos Olímpicos.

El Calciopoli fue un escándalo de amaño de partidos en la principal liga de fútbol profesional de Italia, la Serie A y en la Serie B (Segunda División). El escándalo se descubrió en mayo de 2006 cuando varias intercepciones telefónicas mostraron relaciones entre directores de equipos y organizaciones de árbitros durante las temporadas 2004-2005 y 2005-2006, siendo acusados de seleccionar árbitros para favorecerlos en los resultados de los partidos.

Estuvieron involucrados la Juventus, campeones de la liga para el momento, el Milán, la Fiorentina, la Laccio, el Reggina y varios equipos más.

En julio de 2006, la Juventus fue despojada del título 2004-2005, fue degradada al último lugar en el campeonato 2005-2006 y relegada a la Serie B. Se dictaron muchas penas de prisión a directores deportivos y árbitros, pero tras casi una década de investigación, todas fueron absueltas en 2015 por vencimiento del plazo de prescripción, salvo una condena de un año confirmada al árbitro Massimo De Santis.

En el mes de Mayo del 2015 se destapó el escándalo de corrupción en la FIFA, generando la suspensión de su presidente, Sepp Blatter, y de uno de los aspirantes a sucederlo, el francés Michel Platini. Sin embargo, el máximo organismo del futbol en el mundo lleva lustros bajo sospechas de esconder irregularidades en el deporte.

Todo el entramado mundial de la FIFA inició en el año 2001, cuando International Sports and Leisure, filial de la FIFA quebró, hecho que algunos círculos consideraron fue un suceso bajo circunstancias sospechosas. En el 2002, un denunciante de la FIFA se puso en contacto con el periodista británico Andrew Jennings en relación con la supuesta corrupción dentro de la propia FIFA.

Desde que en el 2010 se suspendieron a dos miembros del Comité Ejecutivo de la FIFA por violar el Código de Ética del organismo, Reynald Temarii, de Tahití y Amos Adamu, de Nigeria, la FIFA ha estado rodeada de constantes acusaciones y denuncias de corrupción, tanto en su seno como en las federaciones regionales y nacionales que la conforman.

El caso de corrupción de la FIFA, es quizás el mayor caso de corrupción del deporte mundial. También denominado en el ámbito mediático como “FIFA Gate”, fue un escándalo deportivo, luego de que las autoridades suizas irrumpieran sorpresivamente en un hotel de Zúrich, Suiza, como resultado de años de numerosas investigaciones de casos de corrupción en los que el máximo ente del fútbol mundial se ha visto involucrado. Los cargos por los que se les acusa incluyen soborno, fraude y lavado de dinero.

La investigación penal que lleva a cabo la Fiscalía de Nueva York versa sobre la atribución de derechos mediáticos y de derechos de mercadotecnia y de patrocinio para Estados Unidos y América del Sur, de competiciones organizadas por la FIFA, incluyendo CONCACAF y CONMEBOL.

El escándalo de corrupción de la FIFA, mejor conocido como FIFA Gate, es quizás el caso de corrupción más grande del deporte mundial.

 

En primera instancia fueron procesados un total de dieciocho individuos y dos corporaciones, incluyendo nueve funcionarios de la FIFA y cinco empresarios.

Ante toda la situación mundial de dopaje y corrupción, y una vez destapado por completo el dopaje en el deporte de Estados Unidos, específicamente en el Béisbol de Grandes Ligas por el libro Juiced de José Canseco y seguido por el caso del Laboratorio Balco, la Major League Baseball, a través de su comisionado, no podía quedarse de brazos cruzados o mejor aún, no podía seguir volteando la mirada y seguir siendo esquiva, a lo que por muchísimo tiempo los directivos de los equipos que conforman la MLB, sus comisionados y el resto de las Ligas de Deportes Profesionales de Estados Unidos habían sido totalmente permisivos hasta el momento, sin haber hecho gestión ni esfuerzo alguno para revertir la grave situación del dopaje.

Inmediatamente después del caso del Laboratorio Balco, el para entonces comisionado de Grandes Ligas, Bud Selig, ordenó una investigación interna e independiente sobre el dopaje o consumo de estupefacientes para mejorar el rendimiento en Grandes Ligas, el cual llevó 20 meses de investigación, “El Informe Mitchell”.

Por: Julio Sánchez Alvarado