Es tiempo de romper la barrera del dopaje en MLB y la enorme realidad que hay detrás de los implicados (Parte II))

Una vez que hemos apreciado lo que ha sido la evolución a nivel mundial del consumo de sustancias prohibidas por los deportistas profesionales para mejorar el rendimiento, el desempeño individual e incluso colectivo, se puede aseverar que el deseo de superación, la necesidad de ser el mejor, el ego, el fragor y naturaleza de la competencia, la necesidad de ganar por parte de los directivos de las Ligas y equipos de las diferentes ligas deportivas del mundo, han superado con creces la honestidad, ética y moral de cada una de las personas que hay en cada directivo, y especialmente de cada atleta, que lastimosamente ha incurrido en ésta falta.

Se puede establecer que es un asunto de tendencia, de ola mundial que quizás tiene mucho más tiempo en el ambiente de lo que se puede imaginar o suponer, que muy probablemente comenzó a aplicarse en el mundo de los Gimnasios, del Fisiculturismo y de la Halterofilia, que con el tiempo no solo trascendieron a todas las disciplinas deportivas, tanto las que conforman el ciclo olímpico, como las más populares y comerciales, sino que también en aquellas actividades deportivas de nueva data, que derivan de la pista y campo, el ciclismo y la natación, sprints y maratones en esas especialidades que requieren de reacción, explosión, velocidad y resistencia, nuevas disciplinas de competencia atlética como Aerobics, CrossFit, Spinning y más, que demandan una enorme exigencia al más elevado nivel.

Desde la muerte del ciclista británico Tom Simpson en el Tour de Francia en 1967, hasta el dopaje del tricampeón olímpico de natación chino Sun Yang en el 2021, el dopaje se apoderó del mundo, a pesar de los grandes esfuerzos del Comité Olímpico Internacional (COI), de la Asociación Mundial Antidopaje (AMA), el Código Mundial Antidopaje y el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS, por sus siglas en inglés), quienes han combatido arduamente para erradicar el consumo de sustancias prohibidas, lo que no solamente es perjudicial para la salud de los deportistas, en quienes al momento, éstos potenciales graves efectos secundarios pasan a un segundo plano, ya que prevalece el hecho de que el consumo de estupefacientes, psicotrópicos, anabolizantes, esteroides y hormonas de crecimiento generan una ventaja significativa favorable en el desempeño deportivo, sino que es una actividad capaz de acabar con la esencia misma del deporte, ya que éste se basa en la competencia limpia, sana, honesta y en igualdad de condiciones, precisamente lo que el dopaje quebranta.

Sin embargo, todas estas organizaciones que luchan contra el dopaje mundial, tienen incidencia en Estados Unidos solo en el deporte amateur de éste país, el cual se rige bajo los controles de las Federaciones Deportivas y del Comité Olímpico norteamericano pero no así en las Ligas Profesionales, conformadas con estructura empresarial, que se convirtieron en trasnacionales y que se manejan bajo sus propias reglas y bajo las leyes federales de la Unión Americana.

Como ejemplo, en el ámbito estrictamente deportivo, las Ligas Profesionales de Basquetbol de la mayoría de los países del mundo, se rigen bajo los estatutos de la FIBA (Federación Internacional de Baloncesto Asociado), mientras que en Estados Unidos, la principal Liga de Baloncesto Profesional y que es la mejor Liga del mundo, la NBA (National Basketball Association), se rige bajo sus propias reglas, que aunque apenas son pequeñas variantes, siguen siendo sus propias reglas.

Exactamente lo mismo sucede con el Béisbol. Mientras las Grandes Ligas y todas las ligas afiliadas a su sistema, se manejan bajo los estatutos de la MLB, también son diferentes a las establecidas por la Federación Internacional de Béisbol (IBAF, por sus siglas en inglés).

Hablando del Fútbol, que mundialmente es reconocida como la disciplina deportiva universal y que a nivel global tiene un ente que la rige, la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociado), a pesar de que la Major League Soccer (principal liga de Fútbol Profesional de Estados Unidos) ha adquirido bastante fuerza y relevancia en el mundo del Fútbol, gracias a las grandes contrataciones de estrellas consolidadas, creando un mayor interés en general, no cumple con algunas de las normas que la FIFA establece, no se ajusta al calendario futbolístico mundial y su sistema no cuenta con ascensos ni descensos de equipos, solo por citar dos ejemplos.

Ahora bien, así como las Ligas Profesionales Deportivas de Estados Unidos se efectúan bajo sus propios parámetros, bajo sus propias reglas en el ámbito deportivo, especialmente el Béisbol de las Grandes Ligas y el Fútbol Americano, que son deportes muy norteamericanos y que cuentan con más de 135 años de historia, no podíamos esperar que fuera diferente en cuanto a sus estatutos legales y administrativos, en donde entran los cánones sobre el consumo de sustancias prohibidas.

La lista de sustancias prohibidas dentro de los programas antidopaje regulados por el convenio colectivo de la NBA y la NBPA (Asociación de Jugadores de la NBA, por sus siglas en inglés), es mucho más reducida que la de la Asociación Mundial de Antidopaje (AMA). Hasta 1999 fueron permitidos los esteroides anabolizantes en la NBA y por lo menos hasta el 2009 permitió a sus jugadores el consumo de EPO y de enmascarantes.

La NFL comenzó a evaluar a los jugadores para el uso de esteroides durante la temporada de 1987 y comenzó a emitir suspensiones a los jugadores durante la temporada de 1989. A pesar de estos primeros sistemas de control, en 1992 ocurrió un incidente notable, cuando el ala defensiva Lyle Alzado, murió de cáncer de cerebro y dicha condición de salud, se atribuyó a la consecuencia directa, como efecto secundario por el consumo de esteroides anabólicos.

Sin embargo, ha sido una de las ligas más flexibles en éste aspecto pero luego de su poca rigurosidad al respecto por mucho tiempo, el positivo y posterior suspensión a los jugadores Wes Welker de Broncos de Denver, Josh Gordon, de los Browns de Cleveland, Orlando Scandrick de Dallas Cowboys, y Stedman Bailey de Rams de San Luis en la pasada década, determinó a la NFL su compromiso más vehemente sobre el consumo de sustancias prohibidas a partir del 2014, cuando finalmente la asociación de jugadores  (NFLPA) y los directivos de la NFL llegaron a un acuerdo.

En 1991, a través del Comisionado Fay Vincent, las Grandes Ligas prohibió el uso de esteroides sin una receta válida pero nunca hubo penalidades, debido a que la asociación de peloteros de la Grandes Ligas, se opuso por largo tiempo a las pruebas antidopaje.

No fue hasta agosto de 2002 que los jugadores y dueños de equipos se pusieron de acuerdo para implementar un programa de controles. Sin embargo, en el año 2004, el sindicato de peloteros (MLBPA) y la oficina del Comisionado (MLB), bajo presión del gobierno de Estados Unidos, llegaron a un acuerdo para imponer pruebas obligatorias al azar y establecer sanciones, todo luego de años, casi décadas agachando la cabeza respecto al tema y después de que se beneficiaron considerablemente de ello, finalmente llegaron a un acuerdo para iniciar el control antidopaje en la industria, mientras que la Liga de Hockey sobre hielo (NHL), inició su control en contra del consumo de sustancias prohibidas en el 2006.

En el 2008, el comisionado de la NBA, David Stern, el comisionado de la NFL, Roger Godell y el comisionado de la MLB, Bud Selig, impusieron sus respectivas posiciones en contra de una legislación unificada y federal sobre dopaje, en una comparecencia ante el Congreso de Estados Unidos, a pesar de la insistencia de la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA), y del conocimiento de los comisionados respecto a lo contaminadas que estaban las Ligas que presidían en éste particular.

Las Grandes Ligas venían del paro laboral de 1994, que le generó enormes pérdidas, incluyendo el porcentaje de asistencia de los fanáticos al estadio. Sin embargo, lo acontecido en los siguientes años en el mejor Béisbol del mundo, a lo que se le denominó como la “Guerra de los Cuadrangulares”, la que especialmente establecieron Mark McGwire y Sammy Sosa en 1998, cuando ambos superaron la barrera de los 60 Jonrones y sobrepasaron la marca de Roger Maris en 1961, con 61 Vuelabardas, devolvió todo el interés y espectáculo al juego.

El detalle es que fueron años, en los que Sosa y McGwire no fueron los únicos en sobresalir por su poder y cantidad de Bombazos. Si bien, hubo peloteros de los cuales se esperaban similares desempeños, entiéndase Ken Griffey Jr., Barry Bonds. Frank Thomas, Rafael Palmeiro, José Canseco, Juan Igor González, Alex Rodríguez, Manny Ramírez, Andrés Galarraga, Carlos Delgado, Larry Walker, Greg y Mo Vaughn, ya que siempre fueron prolíficos bateadores de poder, genuinos Sluggers, también hubo peloteros que abruptamente dejaron temporadas de hasta 50 Jonrones.

Son los casos de Brady Anderson y del cubano-americano Luis González, peloteros de líneas y no de poder. Anderson, como primer bate de los Orioles, había tenido como tope 21 macanazos en 1992 y de pronto en 1996 descargo exactamente 50 Jonrones. Su siguiente cifra más alta? 24 Bombazos en 1999. De hecho, fue la única otra campaña con más de 20 batazos de cuatro esquinas en su carrera de 15 años y 210 Cuadrangulares en total. Sólo dos temporadas de 20 o más Jonrones y una más de medio centenar. Algo pasó en esa temporada de 50 Jonrones para Anderson.

Luis González por su parte, a pesar de también haber sido un bateador de líneas, en su carrera de 19 años, coleccionó seis campañas de 20 o más Jonrones, en las que se incluye una de 31 en el año 2000, la cual fue su cifra tope, acordes a sus características como pelotero. Una sola temporada de 30 o más Jonrones pero en el 2001, los dioses del poder lo embalsamaron y despachó 57 Cuadrangulares. González terminó su carrera de 19 años con 354 Estacazos, 596 Dobles y .283 de Average, lo que le da un nivel de excelente paleador pero no de un genuino bateador de poder. Esa zafra de 57 Maderazos no se ajusta a sus características ofensivas.

Ya las dudas sobre lo que estaba sucediendo en Grandes Ligas ensombrecían el ambiente. El escándalo del dopaje a nivel mundial, hacía imposible de que la Major League Baseball se mantuviera como en una burbuja.

Sin embargo, esa proliferación de Jonrones en general, para las Grandes Ligas significó un salto enorme, en el crecimiento como una gran industria altamente lucrativa. La asistencia de los aficionados a los estadios alcanzó cifras sin precedentes. La venta de Souvenirs generó  formidables cantidades de dinero. Se construyeron por lo menos 20 nuevos estadios en menos de 20 años. Se lograron contratos multimillonarios y multianuales por los derechos de transmisión de televisoras regionales, nacionales e internacionales, y en el 2002 nació la mlb.com, a través de ésta plataforma, la venta de Souvenirs y de entradas a los estadios con un porcentaje más elevado, concibió un sistema de ingreso de dinero impresionante. Todo catapultó a que la Major League Baseball sea hoy en día, una industria que produce $12 Billones en ocho meses de trabajo al año.

Si bien el libro Juiced del cubano José Canseco destapó todo el entramado sobre el consumo de sustancias prohibidas en la Major League, realmente lo único que hizo Canseco con su libro fue acelerar la latente necesidad que había por parte de las Grandes Ligas de dejar de voltearle los ojos al dopaje porque ya en el ambiente se estaba destapando en Estados Unidos, la compleja situación general que existía en torno al doping.

En el 2003, caso BALCO involucró a varios peloteros de las Grandes Ligas y de atletas profesionales de otras disciplinas deportivas, destacándose el uso de THG, conocida clandestinamente como ‘La limpia’ debido a que no podía ser detectada en los controles antidopajes, y también se conocía otra sustancia, como ‘La crema’.

En 1984 Víctor Conte y su esposa Aubry, inauguraron una tienda de vitaminas en Millbrae, al sur de San Francisco, California, llamada Millbrae Holistic. Un año más tarde, Conte cerró Millbrae Holistic y se trasladó al área de Burlingame, San Francisco, en donde abrió La Cooperativa de Laboratorios del Área de la Bahía (BALCO por sus siglas en Inglés (Bay Area Laboratory Co operative)), de la cual fue presidente y fundador, junto al Vicepresidente James Valente. Desde entonces, Conte se fue especializando en la nutrición, hasta que logró desarrollar un sistema que evaluaba las deficiencias minerales en los atletas para lograr mantener un equilibrio perfecto de dichos minerales en el cuerpo.

Víctor Conte, Fundador y Presidente de Balco.

A través de análisis regulares de orina y sangre, Conte supervisó y le dio tratamiento a la escasez de minerales en los atletas, logrando elevar considerablemente el nivel de bienestar físico. En 1988, Victor Conte ofreció análisis de sangre y orina gratuitos a un grupo de atletas conocidos como los atletas olímpicos de BALCO.

Conte se divorció de Aubry y económicamente se mantuvo con dificultades por varios años. Víctor Conte utilizaba una identidad falsa (Vince Reed) para expender los productos ilegales que enviaba a sus atletas.

BALCO no logró el éxito profesional hasta que en el año 1996 el jugador de la NFL Bill Romanowski se convirtió en su cliente. Romanowski, además de convertirse de momento en el más importante cliente de BALCO, demostró ser útil para establecer nuevas conexiones con atletas y entrenadores como Remi Korchemny.

Bill Romanowski fue clave para BALCO.

Conte y Korchemny poco después fundaron el ZMA Track Club con fines de marketing, así establecieron conexión con los extraordinarios velocistas de pista y campo Marion Jones, ganadora de cinco medallas, tres de ellas de oro en los Juegos Olímpicos de Sydney Australia 2020 y el padre de su hijo, Tim Montgomery, plusmarquista mundial en 100 metros planos, así como C. J. Hunter, quien al igual que Jones, compitió en Sydney en el equipo olímpico de Estados Unidos. Los dos velocistas, Marion Jones y Tim Montgomery, y el lanzador de Bala C. J. Hunter, eran entrenados por el jamaiquino y entrenador de velocidad de Estados Unidos Trevor Graham.

A partir de ahí, Conte comenzó a adquirir atletas de alto perfil gracias a su mezcla especial de drogas indetectables, fabricadas por el químico rebelde de Illinois Patrick Arnold, a quien Conte buscó a finales de los 90´s, para la fabricación de drogas indetectables, y también se unió a Greg Anderson para la distribución “apropiada” de los productos.

Arnold fue un fisiculturista aficionado, que luego de frustrarse por no desarrollar las enormes proporciones musculares en su cuerpo, se interesó en los químicos luego que de que un compañero del  gimnasio le suministró un  esteroide barato que contenía suficiente metiltestosterona para mejorar su porcentaje muscular de forma significativa. Luego de graduarse de Químico en la Universidad de New Haven, también vio clases de Síntesis Orgánica en la Universidad de Connecticut, estudiando todas las drogas occidentales, incluso las no aprobadas, así como las sustancias prohibidas empleadas por la República Democrática Alemana, durante su época de mecanismo sistemático de estado para el dopaje.

Arnold trabajó en un Laboratorio en New Jersey, en donde investigó potenciadores del rendimiento y luego trabajó en una pequeña empresa en Saymour, Illinois, a partir de 1996, en donde revisó patentes antiguas en busca de medicamentos que nunca habían llegado al mercado o que se usaron solo brevemente. Fue allí que desarrolló e introdujo en el mercado la Androstenediona, primer producto con el que tuvo éxito.

Fue cuando Conte y Arnold unieron esfuerzos, momento en el que Arnold le ofreció Norboletona, que había sintetizado en 1998. La Norboletona es un esteroide anabólico androgénico sintético y activo por vía oral que comenzó a llamar la atención de los probadores de drogas.

Arnold produjo y logró introducir al mercado dos suplementos dietéticos, Androstenediol y metilhexanamina, así como otros dos esteroides anabólicos que fabricó Norbolethone y Desoxymethyltestosterone, los cuales no estaban prohibidos en el momento de su creación, eran drogas difíciles de detectar y reintrodujo la metilhexanamina en el mercado como suplemento dietético pero su éxito estuvo en lo que logro elaborar y distribuir junto a Conte.

Patrick Arnold, químico que hizo extraordinaria llave con Conte en BALCO.

Remi Korchemny, de origen ucranio y ex técnico de la escuela soviética, incluso, entrenador particular de Valery Borzov,  medallista de oro en 100 y 200 metros planos de los Juegos Olímpico de Múnich, Alemania 1972, en representación de la Unión Soviética.  Después de los Juegos Olímpicos de 1972, Korchemny se mudó a Estados Unidos. Allí trabajó como entrenador o asesor de varios atletas destacados, incluido el velocista británico Dwain Chambers y los atletas estadounidenses Kelli White, Chryste Gaines, Chris Phillips, los gemelos Alvin y Calvin Harrison, John Register y la atleta jamaicana Grace Jackson. El británico Dwain Chambers, ex campeón europeo de 100 metros planos con 9.87, es señalado como el primer deportista en haber dado positivo con el anabolizante THG, una vez que dejó de ser invisible. White, doble campeona mundial de 100 y 200 metros planos (títulos de los que fue desposeída), se disculpó ante el positivo con estimulantes diciendo que tenía la Enfermedad del Sueño pero no demoró en reconocer la mentira. Korchemny se libró de perder su libertad al declararse culpable.

Remy Korchemny, el soviético que completó el team BALCO.

Greg Anderson es amigo de Barry Bonds, desde que ambos jugaron Béisbol juntos en la escuela secundaria en California. Mientras Bonds fue creciendo como la estrella del equipo, Anderson no tuvo la misma suerte y fue perdiendo tiempo de juego. Ya en la Universidad estatal de Fort Hays, en Kansas, sin lograr gran éxito en los diamantes, por lo que un entrenador le aconsejó que realizara otra carrera deportiva, ya que evidentemente era un atleta pero que en el Béisbol era muy difícil que tuviera éxito, ya que hasta el momento no había logrado ser de los jugadores con mejores desempeños, que no pasaría de ser un jugador escasamente dentro del promedio. Entonces Anderson regresó a San Francisco, California, y se dedicó al Gimnasio, pasando gran parte de su tiempo en el World Gym, hoy en día conocido como Diesel Fitness, ubicado a pocas cuadras de BALCO.

Anderson era conocido como el Entrenador de Bonds, e inclusive tenía entrada libre al estadio de los Gigantes de San Francisco. Anderson comenzó a suministrarle a Bonds, sustancias para mejorar el rendimiento en 1998. A través de Bonds, “El Entrenador” mantuvo contacto directo con Jason Giambi y Gary Sheffield, a quienes también comenzó a suministrarles sustancias para mejorar el rendimiento.

 

Balco creó una amplia gama de sustancias que podían pasar inadvertidas ante las pruebas antidoping, incluso a nivel olímpico. Fueron cinco tipos diferentes de medicamentos, que se mezclaron con suplementos minerales para lograr inmejorables resultados. Estos suplementos son: Eritropoyetina (EPO), Hormona de Crecimiento Humano (HGH), Modafinilo, Crema de Testosterona, llamada “La Crema” (The Cream) y la Tetrahidrogestrinona (THG), llamada “La Limpia” (The Clean).

Trevor Graham, denunciante y acusado en el caso BALCO.

BALCO vendió y distribuyó éstas sustancias sin ser detectadas desde 1988 hasta 2002. C.J. Hunter, lanzador de Bala de la selección olímpica de Estados Unidos, reveló que recibía envíos con la marca (EGO),  la E era la EPO, G era la hormona de crecimiento y la O nunca supo lo que significó. Conte logró que Jones arrasara en Sydney, pero Hunter dio positivo por esteroides. El lanzador reveló que la organización le sugirió fingir una lesión para evitar el escándalo, pero el Sydney Daily Telegraph destapó el positivo. Conte dejó a Hunter y se centró en Montgomery, rodeándose del técnico Charlie Francis, ex entrenador de Ben Johnson.

En el 2003 inició una investigación federal oficial de BALCO, momento en que la Agencia Antidopaje de los Estados Unidos (USADA), de forma encubierta inició su propia investigación hacia Conte y toda su operación.

Ese mismo año, el jamaiquino y entrenador de velocidad de Estados Unidos Trevor Graham, ex entrenador particular de los velocistas Marion Jones y Tim Montgomery, realizó una llamada telefónica anónima a la USADA, acusando a varios atletas de estar involucrados en el dopaje con un esteroide que no era detectable en ese momento. Entonces el Fiscal de los Estados Unidos para el Distrito Norte de California comenzó a investigar a BALCO, el cual fue fuertemente investigado por agentes del Servicio de Impuestos Internos, la Administración de Drogas y Alimentos, el Grupo de Trabajo de Narcóticos de San Mateo (Condado en el cual estaba ubicado BALCO), y la propia Agencia Antidopaje de los Estados Unidos. Ese mismo año Graham envió una jeringa con restos de tetrahidrogestrinona (THG) como prueba. La jeringa fue procesada por el para entonces fundador y director del Laboratorio analítico olímpico de la Universidad de California Los Ángeles (UCLA, por sus siglas en inglés), Don Catlin, quien había desarrollado un proceso de prueba para la sustancia tetrahidrogestrinona (THG).

El vínculo de Greg Anderson con Bonds fue fundamental para BALCO.

Los periodistas del San Francisco Cronicle, Lance Williams y Mark Fainaru-Wada fueron claves para desarticular ésta verdadera mafia de producción, venta y distribución de sustancias prohibidas en el deporte profesional estadounidense. Incluso, en el 2006 publicaron el libro Juego de Sombras, el cual, a través de unas 200 entrevistas y 1.000 documentos que recopilaron para su investigación, es un compendio completo de ésta conspiración de dopaje de nivel mundial.

Entre los atletas profesionales, clientes de BALCO destacan el equipo olímpico de Judo de Estados Unidos de 1988, dirigido por Willy Cahill de San Bruno, California, el boxeador Shane Mosley, el ciclista Tammy Thomas, los atletas de Pista y Campo John McEwen (lanzador de Martillo), Kevin Toth y CJ Hunter (lanzadores de Bala), Dwain Chambers, Marion Jones, Tim Montgomery, Zhanna Block y Kelli White (velocistas de distancias cortas), y Regina Jacobs (corredora de media distancia), los jugadores de Fútbol Americano de los Raiders de Oakland Dana Stubblefield, Tyrone Wheatley, Chris Cooper, Barret Robbins y Bill Romanowski, y los jugadores de Grandes Ligas Barry Bonds, Gary Sheffield, los hermanos Jason y Jeremy Giambi, el cubano-americano Bobby Estalella y los puertorriqueños Armando Ríos y Benito Santiago.

El 15 de julio de 2005, Conte y Anderson llegaron a acuerdos de culpabilidad, se declararon culpables de distribución ilegal de esteroides y lavado de dinero y evitaron ir juicio. Conte pasó cuatro meses en prisión, mientras que Anderson estuvo privado de libertad durante trece meses y medio.

Los periodistas Fainaru-Wada y Williams recibieron citaciones para comparecer en el 2006 ante un gran jurado para identificar a la persona que les filtró el nombre de Bonds. Se negaron a hacerlo y los fiscales federales pidieron que fueran privados de libertad por 18 meses pero en febrero de 2007, los fiscales federales retiraron los cargos contra los reporteros después de que el abogado Troy Ellerman, quien una vez representó a Conte y a otro ejecutivo de BALCO, admitió haber filtrado el testimonio y se declaró culpable de los cargos federales de divulgación no autorizada del testimonio del gran jurado. Fainaru-Wada y Williams no estaban dispuestos a revelar sus fuentes.

Travor Graham, el mismo que realizó la llamada anónima a la USADA, denunció el escándalo BALCO y envió de forma anónima la jeringa que contenía el esteroide de diseño tetrahidrogestrinona a la Agencia Antidopaje de los Estados Unidos para que iniciara la investigación, fue acusado de hacer declaraciones falsas sobre sus vínculos con un distribuidor de esteroides. En julio de 2006, Angel Heredia testificó ante un Gran Jurado Federal de Estados Unidos, que había trabajado para Graham de 1996 a 2000, proporcionando drogas ilegales para mejorar el rendimiento. Fue condenado por uno de los tres cargos de delitos graves en mayo de 2008 suspendido de por vida de por violar las reglas antidrogas. Graham fue sentenciado a un año de arresto domiciliario.

El 15 de noviembre de 2007, Barry Bonds fue acusado formalmente de perjurio y obstrucción de la justicia, en base a su testimonio ante el gran jurado en esta investigación. El juicio inició el 21 de marzo de 2011 y fue condenado el 13 de abril de 2011 por el cargo de obstrucción de la justicia pero finalmente la condena fue revocada luego de una apelación.

Investigado y confirmado, existía un mecanismo sistemático de dopaje en Estados Unidos de enormes dimensiones, que probablemente era apenas un ala de toda la trama del consumo de sustancias prohibidas en toda la Unión Americana, similar al sistema de dopaje que se aplicaron en China, la Unión  Soviética y la República Democrática Alemana. Y pensar que para entonces, ésta gran pesadilla apenas comenzaba.

Por: Julio Sánchez Alavarado